El Málaga lanza un ataque a las instituciones en plena crisis deportiva
6-4-2006
El Málaga dispara su último cartucho en busca de una justificación para la mala situación por la que atraviesa la entidad, sobre todo en el plano deportivo. En plena crisis, a nueve puntos de la permanencia en Primera, el club lanza un fuerte ataque a las instituciones, a las que acusa de una forma indirecta de no apoyar suficientemente a la entidad.
Un informe elaborado por la consultora Price-Waterhouse, para la que trabaja el consejero del Málaga Félix Diego Barquín, pretende demostrar (utilizando recortes de periódicos e informaciones aparecidas en Internet, entre otras fórmulas) que el Málaga está discriminado en el fútbol español como consecuencia del desigual apoyo institucional que reciben los clubes profesionales.
El escrito, de 144 páginas, destaca algunas subvenciones que reciben los clubes de Primera y Segunda División. En algunos casos las cantidades son escasas o poco significativas dentro de los presupuestos que manejan estas entidades (un millón o cifras similares). Otras veces no se especifica si las aportaciones institucionales son anuales o si, por el contrario, se ingresaron una sola vez.
La Rosaleda, a examen
Otro de los puntos que analiza el informe se refiere a La Rosaleda. Habla de otros estadios que también son públicos y los enumera: Riazor, Balaídos y El Madrigal. También se queja de que los equipos que juegan en estos campos no pagan alquiler, mientras que el Málaga deberá abonar 180.000 euros anuales (todavía no le ha costado nada, porque no ha pagado aún el canon previsto). Las instituciones se han gastado 36 millones en reconstruir el campo.
El escrito analiza también la gestión que se ha realizado en el club en los últimos años. La conclusión, evidentemente, es muy positiva para los dirigentes de la entidad (uno de sus consejeros ha dirigido el informe). Analiza las mejoras que se han producido en la entidad y, sobre todo, el aumento del número de abonados.
Hace referencia, asimismo, a un asunto que le preocupa mucho a los responsables del club. Con el informe quieren convencer a los abonados de que su gestión es limpia y trasparente, sin ninguna duda sobre los ingresos o gastos del club en los últimos años. Price-Waterhouse dice que la entidad debe a corto plazo más de 20 millones de euros, si bien su endeudamiento es mayor (más de 24 millones). La consultora no incluyó en el informe las diferencias impositivas de las distintas comunidades, que pueden generar más discriminaciones.
Pero las partidas más curiosas que analiza la consultora se refieren a las compras y ventas de futbolistas. Para demostrar este capítulo, sin embargo, no se aporta ninguna prueba que lo demuestre (el director general del club, Antonio Mendoza, explicó que no se pueden publicar los contratos de los futbolistas). Barquín y la consultora afirman algo desconocido hasta ahora: el Málaga se ha gastado más dinero en la compra de jugadores de lo que ha recibido por los traspasos. De esta forma, el club no sería vendedor, sino comprador (una gran novedad).
Traspasos y compras
Las cifras aportadas en el anterior capítulo, sin embargo, no coinciden con las que se anunciaron y se publicaron sobre algunos de los futbolistas en el momento que llegaron o se marcharon. Destacan que el club se gastó casi 63 millones (más de 10.000 millones de pesetas) en la compra de futbolistas, y recibió por las ventas una cantidad parecida, aunque algo inferior.
El informe, en líneas generales, sorprende en algunos capítulos, aunque el principal objetivo seguramente haya sido llamar la atención de las instituciones malagueñas. El acto de presentación de este escrito se celebró con la presencia del consejo de administración casi al completo. Faltó el presidente de la entidad, Serafín Roldán. Hablaron Barquín y Mendoza, que expusieron el informe. El director general, incluso, llegó a decir: «Nosotros no pedimos más ayudas, sino que haya igualdad».
Este periódico contactó anoche con el alcalde de la capital, Francisco de la Torre; el consejero de Turismo y Deporte, Paulino Plata, y el presidente de la Diputación, Salvador Pendón. Estos responsables se mostraron sorprendidos, molestos y hasta indignados en algunos casos. La principal conclusión de este 'movimiento', según las administraciones, quizás se centre en que el momento elegido por el club no haya sido el adecuado
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