Instituciones al rescate
Siguiendo el ejemplo del Athletic, la Real ha firmado un provechoso convenio económico con la Diputación de Guipúzcoa, mientras que el Racing recibirá una subvención directa de 22 millones en once años
De un tiempo a esta parte, las instituciones públicas se han convertido en el perfecto paraguas bajo el que numerosas entidades deportivas se cobijan cuando arrecia el chaparrón económico. La Real Sociedad y el Racing son los dos últimos ejemplos de esta tendencia. Ambos clubes, asfixiados por una precaria situación económica, recibieron la pasada semana el oxígeno de organismos públicos -la Diputación foral y el Gobierno cántabro- dispuestos a aliviar su situación mediante distintas fórmulas de inyección económica que, aducen los más críticos, no son sino formas encubiertas de subvención pura y dura.
El club donostiarra, por ejemplo, ha seguido el camino señalado por el Athletic hace ya tres años. Los rojiblancos firmaron entonces un convenio de colaboración con la Diputación vizcaína que le permitía embolsarse seis millones de euros en los cuatro años siguientes. A cambio, el club de Ibaigane adoptaba una serie de compromisos publicitarios: promocionar el nombre de Vizcaya en sus desplazamientos, incluir al organismo público entre los miembros del Patronato de la Fundación Athletic, etc...
El acuerdo fue duramente criticado por los partidos que formaban la oposición en las Juntas Generales. Lo interpretaban como una generosa dádiva a un club que, según admitía su por entonces presidente, Javier Uria, atravesaba una «delicada situación». Por su parte, el diputado general de la época, Josu Bergara, justificaba la operación en base al valor del Athletic como institución representativa de Vizcaya y su trabajo en el fútbol de cantera.
Tres años después de aquel hito, el club más representativo de Guipúzcoa, la Real Sociedad, ha suscrito con la Diputación un convenio de similares características. El pacto contempla una aportación anual por parte de la entidad foral de dos millones de euros durante tres temporadas, incluida la actual. A cambio, la Diputación utilizará espacios publicitarios tanto en la equipación de todos los equipos realistas como en las instalaciones de Anoeta y Zubieta.
Operación aceptada
La argumentación del diputado foral guipuzcoano, Joxe Joan González de Txabarri, para justificar el acuerdo es similar a la que en su día esgrimió Josu Bergara en el caso del Athletic. «La Diputación se preocupa del bienestar general y la Real es la ilusión de todos los guipuzcoanos, representa los mejores valores de Guipúzcoa y es un factor de cohesión extraordinario. No divide, sino que aglutina por encima de credos y de diferencias ideológicas».
Sin embargo, y a diferencia de lo ocurrido con el Athletic, la mayor parte de las formaciones del arco político guipuzcoano han bendecido la operación. Sólo Aralar mantiene una postura crítica. La formación abertzale entiende «escandaloso» que un club privado de fútbol reciba tal cantidad de dinero, que a su juicio será utilizado «para seguir pagando sueldos millonarios a sus jugadores».
Se da la circunstancia de que el acuerdo llega cuando la Real, en manos de una nueva junta directiva presidida por Miguel Fuentes, se encuentra atenazada por la peor crisis económica de su historia, al punto de que la ampliación de capital, aprobada en la junta del viernes, es una cuestión de pura supervivencia.
El Racing también ha encontrado en las instituciones públicas -en su caso, en el Gobierno regional- un bálsamo a sus achaques económicos. Primero, porque las autoridades cántabras se hicieron con la mayor parte del paquete accionarial del club, que posteriormente vendería al grupo empresarial Olmedo -con el que ha desembarcado el ex directivo rojiblanco Juan Elejalde-. Y el pasado miércoles se supo que el Gobierno cántabro ha concedido al club santanderino una subvención de 22 millones en los próximos 11 años. El ejecutivo de la comunidad autónoma vecina ve en el Racing «un activo elemento de promoción de Cantabria más allá de sus fronteras naturales».
Hasta 2016
La subvención resulta tremendamente ventajosa para el Racing, entre otras razones, porque es de concesión directa. Es decir, no se verá obligado a presentar de forma anual una serie de objetivos o proyectos en los que emplear los fondos recibidos. Además, el decreto que la regula no podrá ser derogado por ningún otro gobierno durante el periodo 2006-2016. Por si fuera poco, el carácter fijo de la subvención permitirá al nuevo equipo gestor del club utilizarla como aval de una posible operación crediticia.
La noticia cogió por sorpresa al ayuntamiento santanderino, que en primer lugar, no se explicaba por qué un acuerdo adoptado en el consejo de gobierno del 22 de diciembre no fue hecho publico hasta pasados 5 días después. «En su momento ya fue extraño que el Gobierno comprara las acciones del Racing que estaban en manos privadas», aseguró el alcalde Gonzalo Piñeiro.
El club donostiarra, por ejemplo, ha seguido el camino señalado por el Athletic hace ya tres años. Los rojiblancos firmaron entonces un convenio de colaboración con la Diputación vizcaína que le permitía embolsarse seis millones de euros en los cuatro años siguientes. A cambio, el club de Ibaigane adoptaba una serie de compromisos publicitarios: promocionar el nombre de Vizcaya en sus desplazamientos, incluir al organismo público entre los miembros del Patronato de la Fundación Athletic, etc...
El acuerdo fue duramente criticado por los partidos que formaban la oposición en las Juntas Generales. Lo interpretaban como una generosa dádiva a un club que, según admitía su por entonces presidente, Javier Uria, atravesaba una «delicada situación». Por su parte, el diputado general de la época, Josu Bergara, justificaba la operación en base al valor del Athletic como institución representativa de Vizcaya y su trabajo en el fútbol de cantera.
Tres años después de aquel hito, el club más representativo de Guipúzcoa, la Real Sociedad, ha suscrito con la Diputación un convenio de similares características. El pacto contempla una aportación anual por parte de la entidad foral de dos millones de euros durante tres temporadas, incluida la actual. A cambio, la Diputación utilizará espacios publicitarios tanto en la equipación de todos los equipos realistas como en las instalaciones de Anoeta y Zubieta.
Operación aceptada
La argumentación del diputado foral guipuzcoano, Joxe Joan González de Txabarri, para justificar el acuerdo es similar a la que en su día esgrimió Josu Bergara en el caso del Athletic. «La Diputación se preocupa del bienestar general y la Real es la ilusión de todos los guipuzcoanos, representa los mejores valores de Guipúzcoa y es un factor de cohesión extraordinario. No divide, sino que aglutina por encima de credos y de diferencias ideológicas».
Sin embargo, y a diferencia de lo ocurrido con el Athletic, la mayor parte de las formaciones del arco político guipuzcoano han bendecido la operación. Sólo Aralar mantiene una postura crítica. La formación abertzale entiende «escandaloso» que un club privado de fútbol reciba tal cantidad de dinero, que a su juicio será utilizado «para seguir pagando sueldos millonarios a sus jugadores».
Se da la circunstancia de que el acuerdo llega cuando la Real, en manos de una nueva junta directiva presidida por Miguel Fuentes, se encuentra atenazada por la peor crisis económica de su historia, al punto de que la ampliación de capital, aprobada en la junta del viernes, es una cuestión de pura supervivencia.
El Racing también ha encontrado en las instituciones públicas -en su caso, en el Gobierno regional- un bálsamo a sus achaques económicos. Primero, porque las autoridades cántabras se hicieron con la mayor parte del paquete accionarial del club, que posteriormente vendería al grupo empresarial Olmedo -con el que ha desembarcado el ex directivo rojiblanco Juan Elejalde-. Y el pasado miércoles se supo que el Gobierno cántabro ha concedido al club santanderino una subvención de 22 millones en los próximos 11 años. El ejecutivo de la comunidad autónoma vecina ve en el Racing «un activo elemento de promoción de Cantabria más allá de sus fronteras naturales».
Hasta 2016
La subvención resulta tremendamente ventajosa para el Racing, entre otras razones, porque es de concesión directa. Es decir, no se verá obligado a presentar de forma anual una serie de objetivos o proyectos en los que emplear los fondos recibidos. Además, el decreto que la regula no podrá ser derogado por ningún otro gobierno durante el periodo 2006-2016. Por si fuera poco, el carácter fijo de la subvención permitirá al nuevo equipo gestor del club utilizarla como aval de una posible operación crediticia.
La noticia cogió por sorpresa al ayuntamiento santanderino, que en primer lugar, no se explicaba por qué un acuerdo adoptado en el consejo de gobierno del 22 de diciembre no fue hecho publico hasta pasados 5 días después. «En su momento ya fue extraño que el Gobierno comprara las acciones del Racing que estaban en manos privadas», aseguró el alcalde Gonzalo Piñeiro.
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